MENOS IVA PARA MÁS DEPORTE, EDITORIAL DEL Nº 25 DE LA REVISTA DE FAGDE

MENOS IVA PARA MÁS DEPORTE, EDITORIAL DEL Nº 25 DE LA REVISTA DE FAGDE

La revista digital de la Federación de Asociaciones de Gestores del Deporte de España (FAGDE) alcanza un número redondo. Está a punto de salir a la luz el número 25 de esta publicación, en la que lógicamente la crisis del coronavirus tiene una presencia destacada.

No obstante, hay cuestiones pendientes que, una vez logremos vencer esta batalla contra el COVID-19, deben ser retomadas por la trascendencia que tiene para el futuro de una industria, la del deporte, que como todas saldrá castigada de esta durísima situación.

Así, el editorial que Eduardo Blanco, presidente de FAGDE, firma para este nº 25 aborda el tipo impositivo de IVA al que están sujetos hoy en día los servicios deportivos. 'Menos IVA para más deporte' es la reflexión que Blanco realiza sobre este asunto, argumentando lo ilógico que resulta el hecho de que hacer deporte se grave con un 21% de IVA. A continuación, les adelantamos el artículo en su integridad.

MENOS IVA PARA MÁS DEPORTE

Resulta curioso que la música o la actividad física, consideradas asignaturas “María” en la ordenación del sistema educativo, en la actual circunstancia de estado de alarma y confinamiento por el coronavirus que sufrimos, sean las actividades más recurrentes por la ciudadanía, especialmente las referidas al ejercicio físico y la actividad deportiva.

El mandato a los poderes públicos de promoción de la Educación Física y el deporte que, en su artículo 43, dispone la tan manida Constitución Española, donde curiosamente se regula el derecho a la salud, colisiona con situaciones incomprensibles de la actual sociedad sedentaria. Una es, por ejemplo, la situación lamentable de la asignatura de Educación Física, que no puede cumplir sus objetivos pedagógicos y fisiológicos por su reducida carga horaria. Otra es que, si una persona quiere realizar actividad física, habida cuenta que las autoridades no dejan de hacer campañas de su importancia y beneficios, se encontrará con que deberá de pagar el correspondiente coste del servicio, más un 21% del IVA.

Para ser más explícito, cuando recibimos una prestación de servicio deportivo en una instalación deportiva pública gestionada por un concesionario o en un centro deportivo privado, la cuota comporta un 21% de IVA. En España, se reformó el IVA en 2012 y el tipo impositivo aplicado a los “servicios prestados a personas físicas que practiquen el deporte, relacionados con dichas prácticas y que no estén exentos”, pasó del tipo reducido, en esa fecha todavía del 8%, al tipo general del 21%. Esta circunstancia, significó una reducción de ingresos para las empresas de servicios deportivos, pero también para el tejido asociativo que prestaba dicho servicio a personas no asociadas a su entidad. Fueron muchos gimnasios “tradicionales” los que tuvieron que cerrar sus puertas, afectando también al empleo de centros deportivos privados y empresas concesionarias de instalaciones públicas.

Solo se mantuvo el tipo reducido de IVA, aumentado ya al 10%, en los “espectáculos deportivos de carácter aficionado”, o al precio de la entrada a bibliotecas, museos, galerías de arte, etc. Parece que pudiera derivarse una analogía entre el espectáculo deportivo aficionado y el disfrute de “ver” cultura. Pero, si el espectáculo deportivo de carácter aficionado goza del tipo reducido de IVA y, en dicha actividad, se asiste para “ver” deporte, ¿cómo no va a resultar lógico y coherente que también se aplique el mismo tipo reducido a la prestación de servicios deportivos, donde se acude para “hacer” deporte?

Es cierto que los “servicios prestados por intérpretes, artistas, directores y técnicos, personas físicas, a productores de cine y organizadores de teatro” sufrieron la misma subida al tipo del 21%, pero se les aplicó de nuevo el tipo reducido en 2019. Y no estamos reclamando el tipo impositivo súper reducido (4%), aplicado a bienes y servicios de primera necesidad, como el pan común, los huevos, las frutas, las verduras o las hortalizas, legumbres, o también como los libros, periódicos o revistas. Tan solo pedimos la reducción del IVA a la prestación de servicios de actividad física y deportiva, como ya fue en el pasado.

El ejercicio sistemático y adecuado constituye un freno a enfermedades como diabetes, cardiocirculatorias y cancerígenas que provoca el sedentarismo. Además de retardar el declive biológico inexorable que afrontan las personas mayores, supone un impacto económico positivo al reducir el gasto sanitario y el absentismo laboral. Existen suficientes estudios científicos que concluyen y avalan las afirmaciones antedichas, por lo que debiera de servir para que alguien comience a preocuparse de verdad.

Se constata en esta crisis, al menos lo parece, que existe una mayor concienciación ciudadana de la necesidad de moverse frente al sedentarismo que la que tienen los gobernantes. Sin embargo, existe desde hace unos años una pandemia en progresión, como el sobrepeso y la obesidad de gran morbilidad y mortalidad, que padecen millones de personas, muchas más de las que son afectadas por el coronavirus, y las autoridades han estado y continúan mirando hacia otro lado, sin adoptar inversiones planificadas y medidas eficientes. Es cierto que el sobrepeso y la obesidad provocan perjuicios a largo plazo y su impacto se diluye en el tiempo, mientras que este virus ataca, infecta y mata con gran velocidad y a traición.

No volveremos a insistir mientras no se gane esta batalla del COVID-19. Pero, una vez finalizada esta crisis sanitaria, será la hora de empezar de nuevo a recordar y reclamar que se prevean estrategias y acciones para el deporte social y ciudadano. En el marco de ese Plan Marshall del que ya habla el Gobierno de España, se tienen que adoptar medidas que promuevan, verdaderamente, el “derecho a moverse” de todas las personas, del que no quedan excluidas las responsabilidades de Comunidades Autónomas y entidades locales. Una buena señal de que se ha tomado nota por parte de las autoridades competentes será la decisión de reducir el IVA aplicado a la prestación de servicios de actividad física y deportiva, sabiendo que es una actividad necesaria porque contribuye a mejorar la salud y la calidad de vida de todas las personas de cualquier edad y a generar más empleo. En definitiva, reclamamos menos IVA para más deporte, entendido éste en su expresión más amplia de actividad y de ejercicio físico.

Eduardo Blanco Pereira
Presidente de FAGDE y AGAXEDE

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